En la película “Las reglas de la vida” (1999), ambientada en los inicios de la II Guerra Mundial, el joven protagonista Homer Wells (Tobey Maguire) viaja al pueblo luego de haber pasado toda su vida (unos 18 años) en un orfanato. Asiste entonces por primera vez a un cine y ve la famosa versión de “Cumbres borrascosas” (1939) con Laurence Olivier, al salir y comentar sus impresiones con su todavía amiga Candy (Charlize Theron) le dice que le gustó, pero nada superará a la única película que vio en el orfanato, semana tras semana, por muchos años: King Kong.
Vi King Kong por primera vez a fines de los ’90s, cuando recién se despertaba mi cinefilia, era un clásico ineludible, pues aparecía en todas las listas de películas norteamericanas, sin embargo no fue hasta hace un año cuando leí un “monono” librito de Tusquets, publicado en 1974, donde se recopilaban críticas y ensayos sobre el film. Este libro abrió un interés insospechado en mí sobre el alcance, influencia y simbolismo del famoso gorila y es así como repasé Godzillas y la saga de Jurassic Park, películas con efectos especiales de Harryhausen, documentales, precedentes, citas, remakes y secuelas de King Kong, trabajos de sus directores, etc., me obsesioné viendo trabajos que me ayudaran a escribir el artículo que comparto a continuación.
King Kong, salió a la luz en 1933 luego de la Gran Depresión, como leerán después, un dato no menor, y se instaló rápidamente en la cultura popular transformándose en un verdadero ícono del Cine. ¿Qué tiene esta película que luego de 80 años permanece fascinante y misteriosa? ¿Cómo logra que las versiones posteriores (1976 y 2005) no la puedan superar a pesar de los adelantos tecnológicos? King Kong se disfruta principalmente como película de aventuras, exótica y perversa, pero también hay mucho que decir sobre sus anécdotas, su análisis técnico, cinematográfico, sicológico, histórico y por supuesto de la experiencia personal. Al igual que el personaje Homer Wells creo que no hay como King Kong y difícilmente será superada como tal.
El argumento
La historia comienza con la necesidad del director de Cine Carl Denham (Robert Armstrong) de llevar a cabo una película en un lugar extraño, lejano, exótico. Lleva entonces a su equipo de trabajo en un barco hacia la Isla Calavera, lugar que no aparece en los mapas. Es así como acaban filmando escenas en la isla, se topan entonces con el ritual de una tribu que ofrece sus mujeres a una bestia que vive al otro lado de un cerco gigante que al parecer los mismos nativos construyeron, esta bestia es el gorila gigante Kong, King Kong. Ocurre que la actriz principal Ann Darrow (Fay Wray) es raptada por la tribu y se la ofrecen a Kong, quien se la lleva a su hogar cuidándola y sintiéndose profundamente atraído por ella, mientras los tripulantes del barco, entre ellos el Capitán Englehorn (Frank Reicher) y el actor principal y galán John Driscoll (Bruce Cabot), luego de adentrarse en la zona prohibida de la isla, logran no sólo rescatar a Ann, sino que también capturar a King Kong. Luego en USA se exhibe al gran primate engrillado frente a un público impresionado. Se desata entonces la tragedia, el fenómeno se enfurece, rompe sus cadenas, y busca a Ann destruyendo la ciudad, al encontrarla sube con ella al Empire State donde es atacado por aviones de guerra en una memorable escena final. La historia puede dividirse en tres partes: el viaje de la ciudad a la isla (la civilización), las aventuras en la isla (la naturaleza) y King Kong en la ciudad (el encuentro nefasto entre civilización y naturaleza).
King Kong en la Historia del Cine
King Kong fue estrenada en Nueva York el 7 de marzo de 1933 y fue un éxito de taquilla inmediato. Tuvo muchos reestrenos en las décadas siguientes hasta llegar a la televisión en los ’50s ganando siempre nuevos seguidores. Hay que mencionar también que en la distribución inicial, la película fue cercenada por los mismos norteamericanos, tanto por la violencia de algunas escenas como por el erotismo de otras al contemplar a Fay Wray con su ropa hecha pedazos. Por otro lado, en Francia se eliminaron las primeras escenas, iniciándose la historia ya a bordo del barco, para no “aburrir” al espectador, privándolo de entender el contexto social. Es en la década de los ’70s, tal vez producto de la realización de su primer remake, y gracias a productoras y coleccionistas, que se puede rearmar King Kong con todas sus escenas para el goce de un nuevo público que seguiría admirándola.
Un atributo de este film, es que es un personaje que nace en el Cine para el Cine, no viene de una novela u obra teatral, a pesar de que podemos hallar sus referentes. Quienes están detrás de este proyecto tienen vidas no menos interesantes, me refiero a los productores Ernest E. Schoedsack y Merian C. Cooper, quienes también hacen la labor de directores, aunque no aparezca tal mención en los créditos de la época. Ambos combatieron en la Primera Guerra Mundial y su amistad se forjó participando en documentales antropológicos, antes de su gran obra se habían unido años atrás para trabajar en el interesante y adrenalínico documental (mockumental?) africano “Chang” y luego “Rango” además de la película de ficción “Las cuatro plumas” que incluía impactantes escenas con animales.
Interesante resultan las lúcidas palabras de Cooper respecto a la idea de los romances en el Cine, aunque también paradojales, pues King Kong es también una historia de amor: “Parece que todo el mundo piensa que las historias, para ser vitales, tienen que incluir una intriga amorosa. Que una película no puede ser buena si no está construida alrededor de una escena apasionada entre un hombre y una mujer. Eso es un error. Nuestras lentes no enfocan estúpidos primeros planos de niñas enamoradas, sino las luchas elementales entre naciones y sus problemas fundamentales, entre el hombre y la naturaleza”.
Aparece una tercera integrante en la creación de King Kong: Ruth Rose, guionista y esposa de Ernest E. Schoedsack. Fue ella quien propuso llevar los carácteres de los tres creadores a los personajes de esta historia, es así como Denham está basado en Cooper, Driscoll en Schoedsack y Darrow en Rose. Si extraemos a Kong, la historia es un resumen de anécdotas entre este trío aventurero.
La película tuvo un presupuesto mayor considerando la crisis de la época. Fue también un éxito en la taquilla que dejó más que feliz a sus creadores y al estudio. Como curiosidad cabe decir que la puerta gigante que aparece en la isla fue creada inicialmente para el film bíblico “Rey de Reyes” de DeMille y acabó quemada en la famosa escena del incendio en “Lo que el viento se llevó”.
En 1925, plena era silente del Cine aparece “El mundo perdido” que mostraba a dinosaurios gigantes en pantalla, pero con la llegada del sonido King Kong se transforma en un referente como película de acción de monstruos gigantes hasta el día de hoy. Sus efectos especiales, comandados por Willis O’Brien – quien también había trabajado en los dinosaurios de “El mundo perdido” y que fue contratado por Cooper luego de ver su trabajo en una película llamada “Creation” que nunca se terminó – fueron muy novedosos para la época e involucraron grandes esfuerzos de producción; miniaturas, stop motion, cabeza y manos robóticas gigantes y la interesante técnica de proyección sobre un set, pudiendo tener visualmente a King Kong luchando con un dinosaurio y a la vez en la escena a Fay Wray a escala más pequeña tratando de escapar, todo esto generaba además un escenario con profundidad dándole mayor realismo a las escenas, sobretodo en la selva de la isla.
O’Brien es un profesional importante en esta historia, pues fue él quien hizo los dibujos que darían la atmósfera final de este film, con influencia acentuada de los dibujantes de historias de aventuras. Es notoria la presencia de Gustave Doré y también podemos mencionar el famoso cuadro -favorito de sujetos como Bela Lugosi y Bram Stoker – “La isla de los muertos”. O’Brien le otorga el carácter onírico, brumoso, mortal a sus dibujos y cada fotograma fue evocado con increíble similitud.
Con los adelantos técnicos y efectos digitales que tenemos hoy, sin duda el realismo se ve debilitado, pero para esos años esa era la interpretación correcta de la realidad (seguramente en 50 años más también veremos antiguos y falsos los actuales efectos) y curiosamente al visionarlo ahora sigue manteniendo cierta frescura y disfrute, pues es un universo mágico que se vuelve real gracias a la mil veces referida “magia del Cine”, magia que en realidad es una virtuosa conexión de idea y técnica. La animación, la profundidad y la fuerza de las imágenes en conjunto generan un clima de extrañeza, como si estuviéramos en un sueño, y esa sensación latente de que en cualquier momento todo se puede volver una pesadilla nos mantiene expectantes y encandilados.
Secuelas
Debido al éxito que tuvo desde su aparición, la industria trató de replicar o colgarse del original con diversas versiones con el mismo equipo creador Schoedsack-Cooper-Rose. Lo primero fue una secuela inmediata llamada “The son of Kong” (1933) que como su nombre indica trata sobre un descendiente de Kong en la isla, a la que vuelve el capitán del barco a buscar un supuesto tesoro, se aprecian las limitaciones de presupuesto y su urgencia en la realización, tiene secuencias entretenidas, pero dista mucho en impacto con respecto a la original.
La siguiente secuela que aparece muchos años después, ya sin urgencia y nuevamente juntando a los tres responsables de King Kong es “Mighty Joe Young” (1949) protagonizada por una bella Terry Moore quien cuida en su rancho en África a Joe, un gorila huérfano, hasta que unos tipos les ofrecen hacer un show en Hollywood, aceptan viajar y Joe es prácticamente un prisionero, obviamente llega un momento en que el joven Joe no aguanta y animado por el alcohol destruye todo, el final es el antónimo del original, pero es una película muy entretenida que posee además una secuencia increíble de Joe peleando con unos leones, responsabilidad del maestro Ray Harryhausen. La película ganó un Oscar por mejores efectos especiales. En 1998 se realizó un flojo remake con Charlize Theron y Bill Paxton.
Remakes
King Kong del ’33 tiene luego dos reversiones que en esencia son la misma historia, todas fueron hechas con intención comercial y resultados favorables en ese aspecto.
La primera experiencia es “King Kong” (1976) dirigida por John Guillermin (“The towering inferno”) donde se acorta el tramo de viaje hacia la isla y añade algunas escenas durante el viaje de vuelta con Kong prisionero para dejar más en evidencia la relación entre el Gorila y la muchacha, interpretada por una sensual Jessica Lange. Aparece también un joven Jeff Bridges como un fotógrafo galán. La película es entretenida sólo a ratos, se agota en darle mucha importancia a la relación amorosa entre los personajes de Bridges y Lange y no logra convencer totalmente en sus momentos de tensión. En su momento ganó un Oscar por los efectos visuales que ahora se ven tan prehistóricos como los del ’33. Hubo una secuela de este film: “King Kong lives” (1986) a la cual es mejor no referirse.
“King Kong” (2005) del director Peter Jackson es un homenaje mucho más auténtico, motivación personal del neozelandés que tiene al trabajo original como un referente ineludible. Es una megaproducción (con el aval de su reciente taquillazo de la trilogía de “El señor de los Anillos”) con estrellas hollywoodenses: Naomi Watts como la actriz Ann Darrow, Adrien Brody como el guionista Jack Driscoll y Jack Black como el director Carl Denham. En el primer tercio de metraje mientras viajan a la isla, se trabaja con eficacia la presentación de personajes. Luego las aventuras en la isla son muchas persecuciones con buenos efectos especiales y el tramo final en Nueva York es una historia de amor tratada de manera muy lírica. Es finalmente un bello homenaje, con interesantes pasajes, pero el engolosinamiento de Jackson no logra superar el misterio artesanal y visceral de la original.
El 2017 aparece una nueva versión “Kong: Kull Island” del director Vogt-Roberts. El film cuenta con Jason Mitchell, Coray Hawkins, Samuel L. Jackson y John Goodman y es de los mismos productores de Godzilla. Así que todo toma olor a King Kong vs Godzilla.
Referente obligado
A partir de King Kong, nacen los códigos el cine de monstruos gigantes contra los humanos. Así se han generado un sinfín de películas con resultados dispares. Tal vez una de las creaciones más relevantes y que persiste hasta el día de hoy con importancia icónica semejante a la de King Kong es Gojira (Godzilla), quien vendría a ser su símil en Japón. La primera película, “Gojira” (1954) fue dirigida por Ishiro Honda y trata de un dinosaurio mutante que aparece en el océano, que tira fuego por la boca y es producto de los desechos nucleares, siendo por tanto la historia una metáfora clara sobre lo ocurrido luego de la II guerra mundial y el bombardeo atómico, además de una toma de conciencia en plena Guerra Fría. Desde aquí en adelante hay decenas de películas japonesas con el personaje de Godzilla, incluso aparece en algún momento “King Kong vs Godzilla” (1962) comandada por el mismísimo Ishiro Honda, film que es más que nada una curiosidad. Son más conocidos en el cine occidental los 2 remakes realizados: “Godzilla” (1998) de Roland Emmerich, con mala crítica, y a mi parecer una verdadera basura. Luego “Godzilla” (2014) (coproducción USA-Japón) rehace la historia con un guión interesante y respetable trabajo de arte. Una película que supera las expectativas y reposiciona a Godzilla a su monstruoso sitial.
Otra película de monstruos gigantes que atacan la ciudad fue “The Beast from 20,000 Fathoms” (1953) dirigida por de Eugène Lourié, aunque reconocida más que nada por el trabajo de efectos especiales de Ray Harryhausen. La película es un antecedente a Godzilla, pues también trata del efecto de las pruebas de bombas atómicas que despiertan a un dinosaurio que hace estragos al llegar a la ciudad.
Uno de los éxitos de taquilla más importantes de las últimas décadas no esconde la inspiración de King Kong, me refiero a “Jurassic Park” (1993) de Steven Spielberg, historia que vuelve a resumirse en seres humanos que creen superar a la naturaleza y luego ésta lo sobrepasa volviéndose cruel y caótica. Hay incluso una pequeña mención cómica a King Kong al abrirse las grandes puertas para entrar al Parque Jurásico. Un film que se disfruta de principio a fin con entretenida densidad, tal vez uno de los mejores trabajos del norteamericano. Luego sus 3 secuelas pierden su calidad por falta de sorpresa, pero podemos ver que en “The Lost World: Jurassic Park” (1997) los dinosaurios llegan a la ciudad emulando de alguna manera el último tramo de King Kong.
Podemos nombrar a películas como “Ciao Maschio” (1978) de Marco Ferreri donde la figura de King Kong alcanza ribetes sicológicos, monstruos internos y derrumbados en una playa mansa, resignificando un ícono por todos conocidos. También podemos mencionar el famoso videojuego japonés Donkey Kong donde se enfrenta a un borrador de Mario Bross por allá por 1981, haciendo millonario a sus creadores. Universal incluso demandó a Nintendo por el uso de la figura de King Kong.
Todos estos ejemplos y otros de menor categoría e impacto como series animadas y miles de objetos extraaudiovisuales ratifican la importancia de King Kong como película y personaje popular, rasgo no menor para entender algunas de las ideas que expondré a continuación. Aunque quiero dejar claro en primera instancia la importancia de “King Kong” en la historia del Cine, como ejemplo y referencia para otras muchas películas y por supuesto para interesantes creadores como Steven Spielberg, Peter Jackson y Guillermo del Toro, entre otros.
King Kong en la Historia Norteamericana
1929, año de la Gran Depresión, a partir de la caída de la bolsa en Estados Unidos la inseguridad y miseria se extienden en gran parte del mundo. Un fenómeno al que la sociedad norteamericana le costó asimilar y entender. Pocos años después, la irrupción de King Kong en el imaginario popular es finalmente la materialización del fenómeno bursátil, el caos irrumpe en la ciudad devastando todo lo que alguna vez fue infalible, el temor se apodera de la gente que en principio aplaudió y pago por ver un espectáculo que demostraba el poderío del ser humano sobre la naturaleza, y lo que es peor, la bestia está ahí en plena ciudad moderna escalando sus altos edificios, debido a que fuimos en su búsqueda a lugares donde todo indicaba que no debíamos ir, King Kong existe porque fuimos a nuestra esencia más primitiva, la vestimos de progreso y la presentamos sin precauciones.
Las primeras imágenes de King Kong contextualizan rápidamente la situación de pobreza y miseria en las calles, de hecho el intento de robo de Ann Darrow, donde el director Carl Denhan la descubre, es provocado por el hambre al llevar días sin poder obtener un trabajo. Conscientes o no, los creadores de King Kong dieron al público un resumen con moraleja de lo que había sucedido. Conscientes o no, los espectadores aceptaron ese miedo y lo transformaron en un éxito de taquilla. Es un buen ejemplo de como el Cine, el arte, logró tener un rol terapéutico sobre las masas.
A partir de esta idea podemos hacernos varias preguntas, una que me parece interesante es si ¿Existe relación entre la historia norteamericana y las siguientes versiones de King Kong? En una respuesta rápida notamos que la versión del ’76 es posterior a la guerra de Vietnam y la del 2005 es luego de la caída de las Torres Gemelas. Puede parecer rebuscado, pero es interesante la conexión. Queda pendiente el ejercicio para la versión del 2017.
Otra pregunta que me parece pertinente es buscar películas que funcionen de la misma manera frente a hechos históricos, no sólo de USA sino que en cualquier sociedad. Como ejemplo expongo el cuestionamiento sobre ¿Qué película hizo eco del problema de la Gran Recesión? Recordemos que la crisis financiera partió con la burbuja inmobiliaria en USA en el 2006 generando una crisis con el asunto hipotecario el 2007, reventando a nivel mundial el 2008. La respuesta a la interrogante debe ser una película popular, sobretodo en estos tiempos globalizados en una crisis globalizada. Sin ahondar mucho, para dejar el debate abierto, mi respuesta es “The Dark knight” de Christopher Nolan del año 2008, con el Joker como el símbolo del caos y la irracionalidad y Batman como el héroe reaccionario que impondrá orden por sus manos, simbolizando todas las leyes y reformas que salvarán finalmente a los millonarios.
Amigos, así es la cultura del Cine, así son los clásicos, la información y sus conexiones pueden crecer infinitamente, se pueden gastar horas de charla en torno a una idea. King Kong al estrellarse en el pavimento se hace inmortal en la memoria espectadora del siglo XX y lo que va del siglo XXI. El rey Kong volverá a aparecer cada vez que enrumbemos nuestro barco a esos parajes extraños y volverá a destrozar nuestra arrogancia cada vez que lo queramos domesticar.
4 temas musicales que recuerdan a King Kong
Referencias
– Libro “Homenaje a King Kong” (1974) de Roman Gubern. Cuadernos Infimos 41. Editorial Tusquets.
– Documental “I’m King Kong!: The Exploits of Merian C. Cooper” (2005) de Christopher Bird, Kevin Brownlow
– Documental “King Kong 75th Anniversary Tribute” (2008) de Anthony Helmer
– web https://encefalodisperso.wordpress.com/2011/06/12/king-kong-la-historial-real/