La filmografía de Darren Aronofsky

Luego de algunos cortometrajes de formación, el director, guionista y productor norteamericano Darren Aronofsky ha creado siete largometrajes en dos décadas. Los espectadores pocas veces quedan indiferentes antes su obra, algunos trabajos han dividido a la audiencia y aunque pareciera que se mueve en distintos géneros sus obsesiones persisten y ciertas formas de grabar se repiten. La cámara asechando como el mejor Polanski, planos detalle y un montaje a veces efectista son algunos de sus sellos.
Desde Pi a Mother! podemos hallar ciertas conexiones: conflictos bíblicos, personajes que son llevados al borde, mundos internos oscuros, claustrofóbicos y un diálogo con esta convulsionada época que a veces parece estar al abandono de Dios.
Sin duda obsesivo, ha logrado que sus actores y actrices hayan entregado algunas de sus mejores interpretaciones. Y lejos de los premios se ha hecho un nombre entre los cinéfilos.

Acá una revisión de sus películas en orden cronológico, pues casi todas merecen su visionado.

1 – “Pi” (1998)

Un film independiente, barato y en blanco y negro fue su real carta de presentación al mundo. Logró llegar a salas ganando el premio a mejor director en Sundance con la historia de un matemático judío atormentado al encontrar patrones matemáticos en todos lados y lograr que su computador hechizo entregara el nombre de Dios lo que genera el asedio de rabinos seguidores del Torá y la cábala, a la par del acoso de quienes le piden información, debido a sus predicciones sobre la Bolsa de valores. Gracias a un montaje caótico nos metemos en la cabeza del protagonista para seguir sus delirios y su paranoia.
Aunque de manera confusa, ya se aprecia en su debut el interés de tratar conflictos con la religión y el estudio de la Biblia, y como se verá en películas posteriores, Dios pareciera ser sólo una palabra burlona en un mundo cruel.
Una interesante experiencia visual que de seguro será estimulante para quien la vea por vez primera.

2 – “Requiem for a dream” (2000)

Ya con algo más de presupuesto y un buen reparto: Ellen Burstyn, Jared Leto y Jennifer Connelly. Aronofsky crea una obra que pareciera partir con el sueño americano y que luego se va sumergiendo en una pesadilla terrenal. Los personajes van adentrándose en un callejón sin salida debido a las drogas y con la colaboración de la televisión y un sistema que no ofrece muchas opciones de felicidad. Con una partitura asfixiante de Clint Mansell y un montaje que repite algunos de los trucos de “Pi”, el director quedó catalogado como un creador de mundos hostiles e incómodos y una visión pesimista.
Puso en órbita la banda sonora y el uso del “bodycam” (usado muchos años antes por Scorsese en “Mean streets”).
Nuevamente los personajes parecieran desamparados cayendo en un espiral ante la mirada indiferente de Dios. Causó un gran impacto en su época de estreno y para muchos este es su mejor film.

3 – “The Fountain” (2006)

Con grandes y emotivas actuaciones de Hugh Jackman y Rachel Weisz, quienes esperaban un nuevo trabajo del director no imaginaron que aparecería con un drama de tintes místicos. El público se polarizó ante una narrativa algo confusa para un espectador lineal y literal. Algunos lo culparon de pretencioso y otros adoraron su simbolismo.
“The fountain” es menos complicada de lo que parece. Tomás es un científico que quiere sanar el tumor que posee su esposa Isabel, debido a eso lucha día y noche en el laboratorio experimentando con monos. Isabel por su parte no tiene miedo a morir y escribe una historia sobre los españoles conquistadores en Guatemala, esta es otra de las historias que vemos en paralelo, además de una más simbólica en que Tomas se halla ante el árbol de la sabiduría.
Una fábula sobre la incapacidad del ser humano por vencer la muerte y es justamente el abandono de esa lucha lo que trae la verdadera paz. Apunta al disfrute del momento.

El director se desmarca de sí mismo, entregando algo de esperanza aunque de manera retorcida. Con la epígrafe del Génesis al comienzo de la película podemos apreciar nuevamente su interés por los textos bíblicos que pareciera tomarlos como consejos proféticos a nuestra época. Nuevamente planos cenitales y un personaje obsesionado y al límite de la cordura, aunque logra esta vez redimirse. Pareciera ser un trabajo muy personal y liberador.

Un muy interesante trabajo que no ha sido bien recibido por todos.

4 – “The Wrestler” (2008)

Confirmando que “La fuente de la vida” era un punto de inflexión, Aronofsky vuelve a dar un giro con la historia de un profesional de la lucha libre en aparente retirada que ama su trabajo aunque ya su cuerpo se resienta.
Se habla mucho sobre el alto compromiso y trabajo que el director exige a los actores y eso se comprueba acá con, seguramente, la mejor performance de Mickey Rourke sorprendiendo con tanta honestidad de su personaje y con una Marisa Tomei también excelente.
Con una cámara que sigue a “The Ram” sobre y bajo el ring podemos entender con crudeza su forma de vida. Nuevamente toma a un personaje en crisis, aunque esta vez parece ser más benevolente con su destino, por lo menos inmortalizándolo en su felicidad al congelar la imagen final tal como lo hiciera George Roy Hill en “Butch Cassidy and the Sundance Kid”.
Una obra que se acerca al melodrama y que le valió abrirse a un nuevo público, nuevamente hacer rentable una película barata y tener ya la madurez suficiente para enfrentarse a nuevos desafíos.

5 – “Black Swan” (2010)

Claustrofóbica y paranoica, el director vuelve a sumergirse en el tono oscuro de sus primeros trabajos. La historia tiene que ver más con “All About Eve” y el Dr.Jekyll que con El lago de los cisnes.
Nos vuelve a meter en la cabeza de alguien, tal como lo hicera en Pi, aunque con la humanidad que aprendió en The wrestler.
La actuación de Natalie Portman será recordada por décadas. Su personaje, una bailarina obsesionada hasta el delirio por obtener el papel principal en la obra, sufre el costo de la transformación al cortar el ombligo, enfrentar los miedos y sincerar los deseos.
Visualmente atractiva, maniática y vertiginosa. Para mí, su mejor película, tanto por el buen trazado de los personajes como por su expresionismo inquietante.

https://www.youtube.com/watch?v=TL1YrE8ehx0

6 – “Noah” (2014)

La famosa historia de Noé (Russell Crowe), quien arma un arca para salvar a las diversas especies y a su familia del diluvio universal, luego de que la humanidad haya perdido el rumbo y defraudara al Creador. Noé pelea con el pueblo, con Dios y con los suyos. Un hombre lleno de demonios internos que se enfrenta as sí mismo en esta etapa crítica para su familia y la especie humana.
Un film de inspiración bíblica, un tópico que se vuelve a repetir, aunque esta vez de manera más literal.
A pesar de sus grandilocuentes efectos especiales, se confunde con otras películas bíblicas del montón. Todo parece indicar que Noé es el mismísimo Aronofsky, obsesivo, desafiante y confundido. Cada película podría ser un arca, un reto a sí mismo. Y lo que si queda claro es que el director al tomar esta historia, no está hablando de la era A. de C. sino que del ahora y la crisis ambiental y ética que tenemos en la actualidad.
No es una obra mala, pero me atrevo a decir que es su único largometraje prescindible.

7 – “Mother!” (2017)

Un escritor (Javier Bardem) y su joven esposa (Jennifer Lawrence) comienzan a recibir visitas que alteran la convivencia en su apacible hogar, sucesos extraños comienzan a desesperar a la mujer y el caos comienza a apoderarse de la casa y también de la película. La exageración y rareza de los sucesos nos empuja a entender que todo es una alegoría, y así lo ha explicado el mismo Aronofsky.

Los símbolos permiten rever la película y pensar sus interpretaciones, pero no debe quedar atrás el tono que elige el director para la narración. El inicio recoje enseñanzas del mejor Polanski (“El bebe de Rosemary”, “Repulsión”) con esa cámara que sigue a la mujer por todas las habitaciones. Y hacia el final pareciera que todo el universo de “Children of men” cupiera en esa casa.
Tal vez estamos muy cerca para poder analizar con mayor objetividad este trabajo que nació visceralmente, pero obviamente fue más que pensado en su ejecución. Claustrofóbica, tensa, maldita, la cinta está cargada de terror sicológico.
Mother! pareciera aunar todas las obsesiones estilísticas, narrativas y existenciales del autor. De alguna forma dialoga con cada una de sus películas anteriores. La metafísica de “The fountain”, la crisis de una era como en “Noah”, los designios, desafíos y olvidos de Dios como en “Pi”, la maldita modernidad de “Requiem for a dream”, los egos, las obsesiones y transformaciones de “Black Swan” y “The wrestler”.

Este trabajo polarizó aún más a sus espectadores, amada y odiada a partes iguales, Mother! es de un atrevimiento ambicioso, al límite de la pedantería, pero logra generar reflexión y por supuesto emoción, aunque esta tenga que ver más con el miedo y el cansancio. Pesimismo para la humanidad, optimismo para el universo. Una obra densa, a ratos malévola, que para este humilde espectador se posiciona como una de sus mejores películas, aunque habrá que ver como resiste con el tiempo.

Les dejamos algunos compilados visuales que fanáticos han realizado sobre la obra de este director.