Para aquellos que tenemos una profunda relación de amor con la comida, aquellos que tenemos en el paladar una conexión con el alma, el placer está en ese momento exacto en que una combinación perfecta de sabor, olor y textura entra en contacto con la boca y entonces no existe nada más. Lo que muchos no entienden es que eso no siempre tiene que tener complejas preparaciones, horas de trabajo en la cocina y el talento de un chef por detrás, sino que muchas veces encontramos eso aquí, simplemente en el almacén de la esquina, en la feria de todos los fines de semana, sin necesidad de mayores preparaciones.
Esta es una lista personal, una lista de los sabores que son muy baratos y muy fáciles de encontrar, que no requieren mayor técnica que comprarlas y prender la cocina. Cualquier cosa que necesite de la compra de más de 3 ingredientes o una preparación mínimamente compleja de mi parte ha sido dejada de lado de esta lista. Así por ejemplo, dejé de lado de esta selección a la carne a la parrilla, que si bien requiere sólo un buen corte de carne y una parrilla con carbón, deben saber que hay todo un arte detrás de saber dejarla en el punto perfecto. También Dejé de lado el maravilloso consomé de pollo, porque pocos saben hacerlo perfecto, y las papas fritas que pueden ser un desastre si no manejas la técnica. Hablaremos de cosas realmente simples, pero que son un camino a la gloria.
10.- Frutas y verduras que se comen crudas y con cáscara
Partimos con algo general, pero que no puedo dejar de lado de esta lista. Aquellas frutas y verduras que no requieren mayor tratamiento que lavarlas o limpiarlas con la polera e hincarle los dientes con ganas. Crujen, botan sus jugos, y liberan todos sus sabores. La única razón por la que puedo ansiar la llegada del verano es por la enorme variedad de frutas y verduras que trae consigo. Y si me piden destacar algo particular, mi elegido es el placer de comerse un tomate con cáscara y todo, de esos deformes y a punto de reventar, que aún podemos encontrar en ferias (y jamás en supermercados).
Fuente: http://happyfroggardenpatch.blogspot.com/
9.- Plátano con miel de palma
La miel de palma Cocalan, esa tradicional que da la impresión no ha cambiado ni una línea de su etiqueta desde que éramos niños y que nuestros padres la compraban únicamente para echarla sobre un plátano que, cuando había tiempo, nuestras madres con cariño cortaban en rodajitas la mitad del plátano dando una forma muy original (véase la foto de más abajo). Que rica es esa miel, no sé por qué no le sacamos más provecho y no se nos ocurren otras formas de comerla, aparte de comerla con plátano. Pero no importa, porque de esta forma es una delicia y que nos transporta rápidamente a la infancia.
Fuente: topsportholidays.com
8.- Apio Palta
Puede que el apio tenga su técnica para saber pelarlo, cortarlo o ojalá dejarlo crespito. Pero para quienes quieren evitarse eso, en ferias y esquinas nunca faltan los amigos dedicados a vender verduritas listas para aliñar y comer en unas bolsitas transparentes. Vaya, cómprele una bolsa de apio y una palta, aliñe a gusto (sal, limón y aceite) y listo, disfrute cada crujido estruendoso del apio en la boca y la palta que se nos deshace en el plato y en la boca. Si se quiere poner gourmet tírele unas aceitunas encima, aunque yo me quedo con las versión simple.
Fuente: https://reseteandoelmenu.wordpress.com/
7.- Alcachofa con limón
He encontrado y probado decenas de recetas con alcachofas, pero para mi no hay caso, la mejor forma de probar este corazón de la primavera es en su forma más simple: cocida y con limón. Cuando chica siempre asocié la primavera a la alcachofa, era lo que más esperaba y desde que manejo mi cocina y durante los pocos fines de semana que dura este bocado en la feria (aunque cada vez dura más) compro un par, llego a la casa, la tiro en agua a cocer y preparo un potecito con limón, aceite y sal. La única complejidad está en escoger una buena alcachofa, tierna y rica.
Fuente: http://www.midiariodecocina.com/
6.- Puré instantáneo con huevo y vienesa
En realidad iba a poner arroz con huevo y vienesa, pero como estamos hablando de cosas simples cambié el arroz por puré instantáneo, que sin importar que algunos lo odien, a mí me gusta. Este plato es la salvación de los flojos, pero no por eso menos rico que otros platos. Nada como despertarse sin ganas de hacer nada, y que llegue la hora de almuerzo y simplemente prendamos la cocina, un sartén con aceite, un par de huevos y un par de vienesas. Mientras eso se hace armamos en 2 minutos el puré con agua del hervidor. Posiblemente este plato es lo más complejo que veamos en esta lista, pero sin dudas se merece un lugar en esta selección.
Fuente: https://makitadonoso.wordpress.com/
5.- El pollo a las brasas
Ese que venden en todos los barrios, ese que uno va a comprar cada vez que tiene que comer algo pronto y no tiene ganas de cocinar. Ese que mantiene el jugo por dentro y el cuero crujiente y el saborcito del carbón que van tirando con las bolsas de plástico enteras y poca conciencia ambiental. Podría decirse que no es fácil de preparar, pero estamos hablando de cosas que son fáciles de adquirir, y no puedo dejar de mencionarlo, porque su simpleza radica en que simplemente nos dan ganas de comerlo, caminamos un par de cuadras y lo encontramos, listo para ser engullido.
Fuente: http://vivaelmenu.com/
4.- Choclo con mantequilla
Nuestro querido choclo (o maíz si viene desde otros lares de latinoamérica) debe ser una de las cosas más maravillosas que ha dado este continente. Cualquier forma de prepararlo será una delicia, para mi el choclo es una de mis cosas favoritas del universo completo. Aquí en Chile el choclo bueno es el del verano (muerte al choclo de invierno!) y es en esa época que nos volvemos locos con humitas, pasteles de choclo, porotos con pilco o con mazamorra, etc. Pero siempre volvemos en algún momento a lo simple, al choclo cocido y que comemos caliente al punto de derretir ese cuadrito de mantequilla que es el único aliño que le damos. La sola imagen de la mantequilla bajando por los dientes dorados del choclo me hace babear al imaginarme ese suave sabor.
Fuente: abcnews.com
3.- La marraqueta (o pan batido) con mantequilla
Obviamente preparar una marraqueta (o pan batido si es del puerto) no es algo simple, tiene detrás un oficio. Pero si usted vive en Chile, lo más probable es que pueda encontrar una marraqueta a unos pocos metros de su hogar. La venden en panaderías y distribuyen en cualquier almacén de cualquier barrio. Hay buenas y malas marraquetas, pero la oferta es tanta que entre las opciones del barrio todos tendremos una favorita. El proceso de la compra es importante, ir a buscarla antes de la once y que esté calentita para sacar un par de pellizcos del pan mientras caminamos de vuelta a la casa. Mejor si compramos uno extra para comerlo en ese pequeño tramo de regreso. Si el pan no está caliente, entonces viene un nuevo proceso, el de abrirlo, tostarlo y echarle mantequilla. Si hay un olor en este mundo que me causa placer es el de la marraqueta tostada. Mención honrosa a los amigos de Iquique que la comen tostatida con mantequilla y aceitunas amargas.
2.- La palta
La palta es una de las pocas cosas que me haría creer en dios. La palta es prácticamente dios, pues genera cultos, pasiones y hasta poemas (mención necesaria a Claudio Bertoni). He visto obras de arte, tatuajes y todo tipo de homenajes a la palta, y lo cierto es que se merece eso y más. Y lo más bonito de todo es que no requiere ningún tipo de preparación, simplemente abrirla y comérsela, y si ya quiere variar puede comerla molida o entera, con sal o con limón, con pan o ensalada, dejando de lado el cuesco y la cáscara, lo que queda en ese intermedio es simplemente el paraíso.
Fuente: http://contactoconlodivino.blogspot.com/
1.- La yema semi cruda del huevo
Esta fue la razón de escribir este post, y es que cada vez que pruebo esto siento que se merece algún homenaje de mi parte, por ser mi sabor favorito del universo. La única razón por la que podría asesinar a alguien, es si alguien osa simplemente reventar la yema de un huevo frito, que yo con amor dejo para el final, para comerla en dos simples mascadas. La yema semi cruda resulta de (1) la preparación de un huevo frito que resulta tan simple como romper un huevo sobre el aceite caliente, o (2) de la preparación de un huevo a la copa que resulta tan simple como tirar el huevo en agua y contar 2:45 minutos desde el hervor (ese es el tiempo perfecto para mí) o (3) la menos simple de las formas es a través de la preparación de un huevo escalfado (que requiere de algunos tips que redundan en internet para asegurar la perfección). La yema semi cruda del huevo es la perfección entre la textura y el sabor que un único ingrediente pueden darte, y la imagen de ese amarillo casi naranjo (de los huevos de campo) partiéndose en dos y liberando ese líquido como una lava da puro sabor podría quedarme observándola durante horas en un loop.
Fuente: http://www.cookingwithgifs.com/