Yo soy Lucila Alcayaga
alias Gabriela Mistral
primero me gané el Nobel
y después el Nacional.
A pesar de que estoy muerta
me sigo sintiendo mal
porque no me dieron nunca
el Premio Municipal.
“Epitafio” de Nicanor Parra
Una de las frases que más se repite para ilustrar lo injusto que fue Chile con Gabriela Mistral, es que ganó el Premio Nobel de Literatura antes que el Premio Nacional de Literatura (PNL), hecho que se extiende más allá del ambiente literario para incorporarse como ejemplo de “El Pago de Chile”.
Leyendo un libro muy entretenido e interesante llamado “El club de la pelea” de Andrés Gómez Bravo donde se cuenta la historia de la elección de cada PNL, uno puede extraer algunas conclusiones respecto a esta anomalía en el mundo de los premios y galvanos.
El PNL se creo en 1942 para darle un regalo de cumpleaños a Augusto D’Halmar, el escritor famoso de la época, es por eso que el primer premio es para él, o sea, este asunto del PNL partió con 2 irregularidades, como se menciona en el libro: “1) la ley que creaba el premio aún no se aprobaba, por lo cual el gobierno anterior tuvo que dictar un decreto especial pra entregarlo, y 2) el nombre del ganador se conocía de antemano.” Además el premio consistía de 100 mil pesos, como el decreto no estaba aprobado le pasaron la mitad del dinero al señor D’Halmar, la otra mitad nunca llegó.
Con respecto a la elección de D’Halmar existe la siguiente declaración de Rodolfo Oroz, 36 años más tarde sobre aquel fallo: “Yo propuse a Gabriela Mistral, pero el resto del jurado se me echó encima. Finalmente me sumé a la mayoría”
El año ’43 aunque Mistral está entre los candidatos gana Joaquin Edwards Bello.
El año ’44 en una encuesta realizada por la Revista Ercilla a los escritores, Gabriela Mistral, ya candidata al Nobel, puntea las preferencias con 12 votos, luego Mariano Latorre con 10 y después Pablo Neruda con 8. Pero luego de dirimir, esto es lo que anuncia el jurado: “En ausencia de Gabriela, el jurado deliberó entre Latorre y Neruda. El año 1944 ha sido favorable al primero”.
El año 1945 se decide tácitamente que el premio que se otorga en mayo será ahora para un poeta, en la encuesta de Ercilla Gabriela arrasa, y el crítico Alone le hace barra, pero dentro de Chile el famoso era Neruda, apoyado por el PC y ya siendo senador, el poeta más internacional que ha dado Chile obtiene un premio que tarde o temprano iba a recibir, pero que luego en Noviembre catapultaría a los cielos nuestra vergüenza chilensis cuando se da a conocer que Gabriela Mistral recibirá el Nobel en tierras suecas. D’Halmar escribe una excusa bastante jugosa en el diario respecto al tema “Tal vez lo más grave del asunto consiste en que ya no se le podría otorgar a ella. Nos hemos propuesto colocarla en tal altura que, de no haberle dado el primero, no le podemos dar ninguno”.
De ahí en adelante, hasta 1951, donde por fin Mistral recibe el PNL, hay excusas y mea culpas por montones generando la postergación, es una deuda que nadie quiere pagar, los ganadores han sido Eduardo Barrios, Samuel Lillo, Ángel Cruchaga Santa María, Pedro Prado y José Santos González Vera. El año 1951 ocurren algunos hechos que incluso podrían correlacionarse con el tramitado premio a la poeta Nobel, la radical Inés Echeverría es la primera mujer en ser Diputada, las mujeres desde 1949 ya pueden votar y de a poco hacen notar su presencia. En este escenario se exige que la mujer más destacada de Chile a nivel mundial tenga por fin este minúsculo y pueblerino trofeo. Eduardo Barrios enuncia “¡Más vale tarde que nunca!”. Tres veces se tuvo que juntar el jurado para darle de una vez por todas el esquivo PNL. Se elaboró incluso un proyecto del Premio Nacional Extraordinario de Literatura de medio millón de pesos, para que no se viera tan piñufla al lado del Nobel, lo que sí ocurrió es que el Gobierno le subió el sueldo de Cónsul en Nápoles, equiparando sus honorarios de Cónsul de segunda categoría a Cónsul de primera. Finalmente se aumentó el premio monetario de 100 mil a 500 mil pesos. Gabriela Mistral al ganar el PNL se encontraba en Italia y redirecciona el dinero a un Fondo de ayuda a niños del Elqui.
Gabriela vuelve a Chile en 1954, luego de 16 años de ausencia donde se le rinden todo tipo de homenajes, aunque es el pueblo el más entusiasta con el recibimiento, orgulloso de que Chile se nombre en otros lugares del orbe gracias a las letras de Mistral. El ciudadano de a pie, como hoy ocurre con los futbolistas, se identifica con quien triunfa a pesar de haber nacido en el desamparo, un país de pocas oportunidades, lleno de obstáculos, chaqueteo y pobreza.
Así que podemos resumir que SI, la cagamos con el PNL, o el Nobel fue más raudo y pillo, pero lo importante es que ahora el acceso a la lectura es mejor, sólo falta la voluntad y darnos el tiempo de leer, no sólo a Mistral, hay cientos de buenos libros, poemas, crónicas, novelas, etc, y están ahí esperando por nosotros. Así se saldan las deudas con los artistas, acercándonos directamente a sus obras, compartiendo lo aprendido, el conocimiento no debe ser de unos pocos, ya basta de elitizar la cultura. Viva Chile, Vivan los trabajadores…, ya, me fui en la volá, pero lean. Y ultrarecomendado el libro “El club de la pelea” (no el de la película) para enterarse de la graciosa, aunque querible, farandulilla literaria chilena.
Acá un pdf con una selección antojadiza de los mejores poema de Gabriela Mistral
Artículo aparecido originalmente en El Pájaro Verde
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