Este libro es uno de esos libros pequeños, que nadie está apurado por leer, que pocos conocen y en realidad a pocos le interesa, sin embargo, luego de leerlo hay muchas cosas que puedo decir y que espero den valor a este libro.
Antes de hablar del libro en sí, hay algunos datos valiosos, este libro realizado en 1992 es de la Editorial Letras Cubanas, de la Dirección de Literatura Instituto Cubano del Libro en una colección de homenajes a distintos artistas de la Isla, eso explica su humilde presentación y su existencia, pues Nicolás Guillén es uno de los poetas más importantes de Cuba, pero ya hablaremos de eso.
Otra cosa interesante es cómo llegó este libro a mis manos, llegó en una Liberación de libros, ¿Qué es eso? Es una actividad que se hace cada cierto tiempo en Santiago y que libera libros e invita a que otros lo hagan, uno después de leerlo debe volver a liberarlo (o esa es la idea), y puedes rastrear el libro con un código que trae. Todo esto es organizado por La Biblioteca libre.
Pero hay una última cosa que agregar, este libro tiene algunos timbres y notas que quiero compartir, pues esos detalles le dan una historia al libro, tanto al objeto como al contenido. Aparece por ejemplo una frase escrita con manuscrita en grafito que dice
“Donación Emb de Cuba”
y tiene un timbre en otra parte que dice
PROPIEDAD DEL CENTRO DE SERVICIOS
CULTURALES PARA JOVENES BALMACEDA
1215
POR FAVOR NO RAYAR, CALCAR O SACAR
HOJAS DE LOS LIBROS
LA CULTURA ESTA EN LOS LIBROS
¡¡CUIDALOS!! A TODOS NOS
SIRVEN
CENTRO DE INFORMACION PARA JOVENES
I.MUNICIPALIDAD DE SANTIAGO
Lamentablemente nadie leyó la advertencia, porque al parecer nadie leyó el libro como lo indica su ficha de préstamo en la contratapa. O sea, podemos concluir que este libro del cual se hicieron sólo 1000 ejemplares y que llegó por lo menos 1 a Chile, fue donado por la Embajada de Cuba a la Municipalidad de Santiago, y que estuvo algún tiempo (por lo bajo unos 15 años) en Balmaceda 1215 donde nadie lo pidió, aunque esperamos haya sido hojeado, y por lo mismo es finalmente lanzado en la búsqueda de un lector con este proyecto llamado “la biblioteca libre“.
Entenderán ahora mi felicidad de ser yo ese lector y que tengo el minúsculo poder de hacerle honor, mediante este post, a un libro que difícilmente hubiera leído si no me topo con la liberación de libros. Así que, ya escrito el post, lo volveré a dejar en algún lugar de Santiago con la ilusión que alguien más lo lea.
Ahora les contaré de que se trata el libro. Como les comentaba, Nicolás Guillén (1902-1989) fue un poeta cubano y se le denomina “el poeta del son”. Personalmente creo que es el poeta con más ritmo musical que he leído, uno se pone a bailar leyendo su obra, y de seguro ustedes sin querer han oído alguno de sus poemas, pues muchos han musicalizado sus versos, un buen ejemplo en Chile son “Mulata” y “Sensemaya” de Inti-Illimani o “La Muralla” de Quilapayún.
De pasada recomiendo dos de sus libros más famosos y que pueden hallar en cualquier librería de viejo: “Songoro Cosongo” y “El son entero”.
Volviendo al libro, esta es una recopilación de textos realizados por Nicolás Guillén entre 1930 y 1948 y que tratan sobre música y músicos cubanos, algunas entrevistas o despedidas cuando algunos murieron. La verdad es que no conocía de nombre a ninguno, salvo a Benny Moré, lo que me abrió todo un mundo, aunque al buscar hay pocos registros en la web, no sé si porque son cubanos o porque son muy viejos. Así que para terminar les dejo los nombres de estos músicos a quien Guillén dedicó algunas páginas: Rosendo Ruiz, Brindis de Salas, Virgilio Diago, Rita Montaner, Manuel Corona, Eliseo Grenet, Benny Moré, Roberto Ondina, Bola de Nieve (Ignacio Villa) y Alejandro García Caturla.
Nicolás Guillén en la música cubana (1992).
Artículo aparecido originalmente en El Pájaro Verde
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